sábado, 14 de enero de 2012

La muerte más extraña de la historia!



La muerte más extraña de la historia!


Gustav Ferdinand Von Kelps, fue un físico y matemático alemán que ha tenido la “suerte” de ser una de las personas con la muerte más extraordinaria del planeta. Nació en la ciudad de Nuremberg en el año 1905, se crió dentro de una familia clase media-alta. Sus padres desde chico lo estimularon a desarrollarse dentro del campo de la física y las matemáticas. Siempre fue el alumno que sobresalió en su clase, por su inteligencia y su curiosidad. Su abuelo le enseñaba matemática avanzada después de la clase. Su curiosidad no tenía límites.

A la edad de 14 años, desarrolló un aparato que fue capaz de lanzar una bola de luz (Nunca nadie logró entender su funcionamiento) a una distancia de unos 50 metros. Sus padres preocupados por aquel invento (ya que era un peligro para Gustav y los que lo rodeaban), aprovechando una noche en la que el muchacho dormía, destruyeron la máquina y la tiraron en el río Pegnitz.Gustav Ferdinand Von Kelps, fue un físico y matemático alemán que ha tenido la “suerte” de ser una de las personas con la muerte más extraordinaria del planeta. Nació en la ciudad de Nuremberg en el año 1905, se crió dentro de una familia clase media-alta. Sus padres desde chico lo estimularon a desarrollarse dentro del campo de la física y las matemáticas. Siempre fue el alumno que sobresalió en su clase, por su inteligencia y su curiosidad. Su abuelo le enseñaba matemática avanzada después de la clase. Su curiosidad no tenía límites.

A la edad de 14 años, desarrolló un aparato que fue capaz de lanzar una bola de luz (Nunca nadie logró entender su funcionamiento) a una distancia de unos 50 metros. Sus padres preocupados por aquel invento (ya que era un peligro para Gustav y los que lo rodeaban), aprovechando una noche en la que el muchacho dormía, destruyeron la máquina y la tiraron en el río Pegnitz.

Siempre fue un muchacho solitario, que gustaba de encerrarse en un lugar de la casa que él llamaba “laboratorio”, tenía pocos amigos y caminaba siempre acompañado con algún libro debajo del brazo. Era el chico raro de la escuela y del barrio. Cuando ya contaba con la edad de 25 años, sabía más que sus profesores académicos en la Universidad de Hamburgo. Eso le trajo más de algún problema, por el solo hecho de que en plena clase, desafiaba a los profesores con teorías que luego descubrían que estaban acertadas. Sus profesores tenían miedo de que Gustav, le refutara un problema matemático en clase, y que no tuvieran la capacidad de discutir con él.

A los 26 años de edad, publicó algunos trabajos técnicos y generales sobre el espacio, el tiempo, la materia, filosofía, lógica, simetría e historia de las matemáticas. Fue uno de los primeros en concebir la probabilidad de combinar la relatividad general con las leyes del electromagnetismo. El 5 de abril de 1942 murió de una forma increíble.

Por lo que se tiene registrado en el diario alemán Nürnberger Zeitung Gustav Ferdinand Von Kelps salió de su trabajo en el laboratorio Wëllishburng al mediodía, caminó hacia su casa (vivía solo), saludó a su vecina como de costumbre y se encerró en “su laboratorio”. Nunca más se lo volvió a ver.

El expediente de la policía (número 1209834) declara que por las pericias hechas en el lugar, Gustav estaba trabajando en un proyecto “secreto” para presentarlo en el instituto de “Matemática y Física de Munich”, cuando encendió una máquina que emitía rayos (la policía nunca digo de que rayos se trataban, por que el experimento fue hecho en época de la segunda guerra mundial) que la vecina pudo testificar que vio la luz que salía por la ventana del laboratorio y sintió como un zumbido (como cuando hierve el agua dentro de la pava). Luego una fuerte corriente de aire la tiró a unos 12 o 14 metros del lugar. Los investigadores policiales no podían creer lo que declaraban los testigos: Un haz de luz color violeta, ráfagas de viento, zumbido en el aire (dolores profundo de cabeza, luego del incidente)…etc.

El interior del laboratorio estaba casi intacto, sólo papeles desparramados y algún vidrio roto. El cuerpo del científico nunca fue hallado. Pero lo más interesante del caso, fue cuando 3 meses después del extraño suceso, los nuevos inquilinos estaban acomodando los muebles en la casa. Cuando de pronto ven (cuatro testigos coinciden en lo mismo) asomar una cabeza por la pared que les dio los buenos días y desapareció en el acto. Los inquilinos testificaron bajo juramento que 4 o 5 veces más vieron a la extraña figura cruzar de pared a pared. Luego de mostrarles fotografías de Gustav, todos aseguraron que era la persona que apareció por la pared.

Decidieron llamar a investigadores, científicos, de varias ciudades para encontrar una explicación a lo sucedido. Se formó una junta de investigación y luego de estudiar el caso por dos meses, concluyeron lo siguiente:

Gustav era la única persona que sabía lo que estaba experimentando. De alguna extraña manera pudo vencer el tiempo y espacio y pasar a otro plano dimensional.

Todos coinciden en que el físico matemático sigue vivo en otra dimensión, ya que cuando aparece, saluda normalmente y habla con los asombrados moradores del lugar.

En una ocasión un investigador se sorprendió al ver aparecer a Gustav por la pared, aseguró saludarlo y que Gustav le respondió: “¡Buenos días! ¿Bonito día para descubrir cosas nuevas, no?”. El investigador se quedó tan perplejo que cuando atinó a responder, Gustav ya había desaparecido.

Conclusión: No sólo está vivo en otro lugar, sino que cada poco aparece y habla con los visitantes del lugar. Cuando en una ocasión le preguntaron a Gustav, si estaba en otra dimensión. Él solo respondió:

“No se preocupen por mí, yo estoy en un lugar que ustedes tarde o temprano descubrirán y una vez que lo visiten,… no querrán volver”

Siempre fue un muchacho solitario, que gustaba de encerrarse en un lugar de la casa que él llamaba “laboratorio”, tenía pocos amigos y caminaba siempre acompañado con algún libro debajo del brazo. Era el chico raro de la escuela y del barrio. Cuando ya contaba con la edad de 25 años, sabía más que sus profesores académicos en la Universidad de Hamburgo. Eso le trajo más de algún problema, por el solo hecho de que en plena clase, desafiaba a los profesores con teorías que luego descubrían que estaban acertadas. Sus profesores tenían miedo de que Gustav, le refutara un problema matemático en clase, y que no tuvieran la capacidad de discutir con él.

A los 26 años de edad, publicó algunos trabajos técnicos y generales sobre el espacio, el tiempo, la materia, filosofía, lógica, simetría e historia de las matemáticas. Fue uno de los primeros en concebir la probabilidad de combinar la relatividad general con las leyes del electromagnetismo. El 5 de abril de 1942 murió de una forma increíble.

Por lo que se tiene registrado en el diario alemán Nürnberger Zeitung Gustav Ferdinand Von Kelps salió de su trabajo en el laboratorio Wëllishburng al mediodía, caminó hacia su casa (vivía solo), saludó a su vecina como de costumbre y se encerró en “su laboratorio”. Nunca más se lo volvió a ver.

El expediente de la policía (número 1209834) declara que por las pericias hechas en el lugar, Gustav estaba trabajando en un proyecto “secreto” para presentarlo en el instituto de “Matemática y Física de Munich”, cuando encendió una máquina que emitía rayos (la policía nunca digo de que rayos se trataban, por que el experimento fue hecho en época de la segunda guerra mundial) que la vecina pudo testificar que vio la luz que salía por la ventana del laboratorio y sintió como un zumbido (como cuando hierve el agua dentro de la pava). Luego una fuerte corriente de aire la tiró a unos 12 o 14 metros del lugar. Los investigadores policiales no podían creer lo que declaraban los testigos: Un haz de luz color violeta, ráfagas de viento, zumbido en el aire (dolores profundo de cabeza, luego del incidente)…etc.

El interior del laboratorio estaba casi intacto, sólo papeles desparramados y algún vidrio roto. El cuerpo del científico nunca fue hallado. Pero lo más interesante del caso, fue cuando 3 meses después del extraño suceso, los nuevos inquilinos estaban acomodando los muebles en la casa. Cuando de pronto ven (cuatro testigos coinciden en lo mismo) asomar una cabeza por la pared que les dio los buenos días y desapareció en el acto. Los inquilinos testificaron bajo juramento que 4 o 5 veces más vieron a la extraña figura cruzar de pared a pared. Luego de mostrarles fotografías de Gustav, todos aseguraron que era la persona que apareció por la pared.

Decidieron llamar a investigadores, científicos, de varias ciudades para encontrar una explicación a lo sucedido. Se formó una junta de investigación y luego de estudiar el caso por dos meses, concluyeron lo siguiente:

Gustav era la única persona que sabía lo que estaba experimentando. De alguna extraña manera pudo vencer el tiempo y espacio y pasar a otro plano dimensional.

Todos coinciden en que el físico matemático sigue vivo en otra dimensión, ya que cuando aparece, saluda normalmente y habla con los asombrados moradores del lugar.

En una ocasión un investigador se sorprendió al ver aparecer a Gustav por la pared, aseguró saludarlo y que Gustav le respondió: “¡Buenos días! ¿Bonito día para descubrir cosas nuevas, no?”. El investigador se quedó tan perplejo que cuando atinó a responder, Gustav ya había desaparecido.

Conclusión: No sólo está vivo en otro lugar, sino que cada poco aparece y habla con los visitantes del lugar. Cuando en una ocasión le preguntaron a Gustav, si estaba en otra dimensión. Él solo respondió:

“No se preocupen por mí, yo estoy en un lugar que ustedes tarde o temprano descubrirán y una vez que lo visiten,… no querrán volver”

viernes, 13 de enero de 2012

Paranoia


Paranoia    
La tecnología de Estados Unidos sería avanzada pero no infalible. Habría fallado en el caso de Cristina Kirchner. El tumor resultó benigno.
    Para Hugo Chávez, el cáncer de cinco mandatarios latinoamericanos constituye un indicio de juego sucio. ¿De quién? Del imperio, claro está.
    El susto de Cristina Kirchner vino precedido de los diagnósticos de cáncer de Fernando Lugo, en Paraguay; Dilma Roussef y Lula da Silva, en Brasil, y Hugo Chávez, en Venezuela. "Habrá que cuidar mucho a Evo y Correa. Cuídate, Evo. Cuídate, Correa", dijo Chávez. Tiene toda la razón. Al fin y al cabo, el cáncer parece de derecha.
    Chávez explicó que su reflexión nació de una advertencia que le hiciera Fidel Castro. "Chávez, ten cuidado porque hay gente que está desarrollando cosas; cuidado con lo que te dan de comer". Fidel sabe de qué habla. En el 2006, un documental reveló 638 métodos diseñados por la CIA para asesinar a Fidel Castro, desde cartas envenenadas a cigarros tóxicos. El hobby del buceo, que tanto le agrada a Castro, le presentó oportunidades a la CIA dignas de James Bond. Se pensó en impregnarle el traje con un hongo letal, así como en rellenar un molusco de explosivos.
    No todas las ideas fueron puestas en práctica pero, según el agente del servicio secreto cubano Fabio Escalante, el dictador fue víctima de más de 600 intentos de asesinato -casi uno al mes-. Al menos reconozcámosle a Chávez que tiene de qué preocuparse.
    Toda teoría de conspiración parte de algún hecho cierto. Los programas para las ejecuciones de líderes de regímenes adversos existieron y quizás sobreviven aún en varios países.
    El gobierno de George Bush creó una fuerza especial de inteligencia dedicada solo a Corea del Norte, Irán y Venezuela, que, de manera excepcional, le reportaba directamente al Presidente. Kim Il-jung, el jefe de Estado de Corea del Norte, recientemente fallecido, temía tanto un atentado en un avión que se movía solo en tren.
    Parece ciencia-ficción, pero la Sudáfrica del apartheid tuvo un programa de investigación de armas biológicas para afectar solo a la población negra, lo que requeriría el reconocimiento del material genético de las víctimas. Otros países trabajan en igual sentido.
    El gobierno ruso confirmó la operación especial que acabó con la vida de al-Khattab, el comandante checheno. Los rebeldes insistieron en que el guerrillero murió luego de recibir una misiva envenenada, que había sido manipulada antes por muchas otras personas. ¿Se podría haber avanzado hasta este punto?
    El mundo de la ciencia da para mucha especulación fantástica. Los no iniciados en él damos un salto de fe y creemos; otros no están dispuestos a hacerlo. Por eso, algunos todavía dudan incluso de la llegada a la Luna.
    En los próximos días, caerá en la Tierra una sonda rusa que tenía una luna marciana como destino. El programa para llegar a Marte de la agencia espacial Roscosmos ha sido marcado por fracaso tras fracaso. Aún así, su director se atrevió a sugerir "sabotaje" mediante "algún arma antisatelital secreta". No había necesidad de señalar a EE. UU.; ello se entendía.
    Ayer se cumplieron dos años del terremoto en Haití. En el 2010, mientras el continente se preparaba a ayudar, Chávez sostenía que este desastre natural se originó en un test de "un arma tectónica". Él sí no tuvo problema en explicitar quién hubiese sido el responsable. La paranoia delirante de Chávez parece cada día más severa. ¿Será por eso que nadie lo contradice? Ante sus recientes acusaciones, la Casa Blanca se limitó a responder que eran "horribles".
    Me temo que, con Chávez, podría pasar lo mismo que con Mel Gibson, el taxista de la película Conspiración. Tantas se inventó que una de ellas resultó cierta. Yo no creo en las teorías conspirativas pero, que conspiraciones hay, sí las hay.
Por  Laura Gil
Columnista Periodico El Tiempo 
Colombia

jueves, 5 de enero de 2012

O la libertad o la guerra


O la libertad o la guerra


 
La guerra de Irak se prolongó casi 9 años, llegando a contar con 170.000 soldados de EE.UU. El costo fue elevadísimo, casi 1 billón de dólares pagados con los impuestos coactivamente retirados del mercado, la histórica violación del Estado de Derecho en la Ley "Patriot" y Guantánamo y, lo peor, contando solo norteamericanos murieron 4.474 soldados, y más de 100.000 civiles. Ante la negativa de dar inmunidad a los soldados, Obama decidió, el 21 de octubre, el retiro total de las tropas, lo que ya ocurrió. Washington deja un país sumido en una crisis política, tras la decisión del bloque laico iraquiya y del ex primer ministro Iyad Allaui de suspender su participación parlamentaria.

Resultado positivo o no, el costo era impagable ya que cada vida humana es sagrada. Los argumentos a favor de las guerras no son científicos ni tienen respaldo de datos empíricos, son emocionales, solo en los filmes de Hollywood existe el vaquero justiciero que salva a la dama: las guerras libertarias son un mito de las historias oficiales que los que ganan, gobiernan, y las imponen, casi un lavado de cerebro, en los planes de estudio. Son creencias cuasi religiosas (maniqueístas), que sostienen que la violencia puede tener efectos reales, y son necesarias al racionalismo que no sobreviviría ya que sus hipótesis, al no darse naturalmente, deben imponerse por la fuerza.

 Aristóteles decía que violencia es lo que pretende desviar el desarrollo natural de los acontecimientos, es decir, desviar la naturaleza de algo. Así, cuando se aplica sobre el mercado (por caso, imponiendo precios máximos) destruye el desarrollo natural de la vida, se involuciona. Cuando se aplica sobre cualquier otro aspecto de la vida social, como con las guerras, ocurre exactamente lo mismo, es lo mismo. Por otro lado, los filósofos griegos ya sabían que el mal no tiene existencia propia, es solo ausencia de bien (como el negro es ausencia de luz) y se soluciona, únicamente, poniendo bien. Así, resulta imposible que el mal (una guerra) pueda provocar bien. 

El hecho de que, a la guerra, la gana el menos malo da la errónea idea de que es buena. Efectivamente, los más buenos son aquellos, precisamente, menos violentos y que, gracias a ello, han conseguido países más ricos con mejores ejércitos. Pero esto es, precisamente, un argumento a favor de la naturaleza: cuánto mejor hubiera evolucionado cualquier circunstancia, como el mercado, de no haber existido esa guerra. El corolario es que si la libertad (cuya desaparición es la intención esencial de la violencia) no avanza más rápidamente es porque algunos "libertarios" apoyan las guerras, la destrucción de la libertad, y el homicidio.  Como contrapartida, el "pacifismo" es un arma política y propagandística, así Obama, que lo representa, aseguró: "No me opongo a todas las guerras. Solo a las absurdas". O sea, finalmente, creen en la violencia y no en los mecanismos naturales, ergo no violentos (como el mercado), como los únicos eficaces para solucionar los conflictos.

En fin, escribo sabiendo que no convenceré a multitudes, es que, si así fuera, la guerra perdería mucha fuerza y la humanidad progresaría de manera abrupta lo que contradice la propia teoría que difundo: el hombre evoluciona solo por maduración, sin cambios radicales, otro motivo por el cual las guerras son ineficaces: porque pretenden saltar la maduración.

*Miembro del Consejo Asesor del Center on Global Prosperity, de Oakland, California